Estoy a unos años de alcanzar el tercer nivel de vida, como socialmente nos referimos. Y en promedio dentro de mi circulo estoy adelantada a vivencias de responsabilidad, mismas que lejos de la creencia popular no me generaron estabilidad emocional o madurez, motivo por el cual estoy agudizando mis sentidos para percibir las señales que me deje al emprender este viaje.
Comencé este discernimiento cuando tras una hospitalización de emergencia fue que me sentí muy abrumada cayendo al vacío. Estaba en el escenario al que le tenía tanto miedo, la situación por la que me había prometido cuidar mi cuerpo para no llegar a ese punto y evidentemente no había respetado, pero no solo era el haber roto mi promesa, más allá de esto me había faltado al respeto (irónicamente, algo que le exijo a mis semejantes) e incluso llegue a violentarme, claramente yo misma me generé el deterioro de mis órganos, me generé el mal funcionamiento de mi cuerpo mediante la falta de atención en mi alimentación e higiene, me violenté al ignorar las señales que dejé como guía en mi andar.
Pero, ¿señales?, recientemente escucho frases como; escucha las señales del universo, escucha los mensajes de tus ángeles, abre tu mente a las señales que te marcan tus iguales, sin embargo, me decía ¿qué señales?, ¿de tránsito?, ¿mensajes en pancarta? ¿qué mensaje me puede aportar la ex pareja que me fue infiel?
Y en medio de todas estas dudas, cruce mi camino con alguien que me lo aclaro, tras una conversación, en la que, como si fuéramos grandes confidentes, le platique sobre todo mi dolor (normalmente soy muy reservada con mis vivencias y ahora entiendo que ella también era parte de estas señales).
Ver esas señales es como ver el semáforo en el camino, cuando está en rojo te dice alto, detente, date un respiro y revisa tu andar. Cuando acepté esta comparación, se me cayó el velo que tenía y deformaba mi visión de las cosas, incluso comencé a ver el semáforo y se colocó el verde, entonces avance.
¿Un semáforo?, entonces si ¡¡¡son señales de tránsito!!!, bueno para cada persona estas señales se transforman de manera que su receptor las perciba, hasta que logre captar su atención.
Para mí es un semáforo y el rojo se compara a esas situaciones que me generan incomodidad, cuando siento aversión hacia personas, cuando mis acciones no me satisfacen o me generan una sensación de culpa o desagrado. No me indica que el camino está mal, que me equivoqué, no me juzga, sólo me pide detenerme para observar a profundidad. Me pide auto análisis objetivamente, ¿lo que estoy haciendo me satisface?, ¿qué impacto está generando mi actitud? el que hoy por hoy existan personas complicadas a mi alrededor, ¿qué me está indicando?
Efectivamente las preguntas son de mis acciones, de mis opiniones, de mis decisiones, por que lo que yo realizó, impacta en mi entorno y toda esa energía, es una ola que yo envió y que sólo es cuestión de tiempo para que me regrese. Y entonces, si lo que me está impactando, lo que me está regresando no me está gustando si no todo lo contrario me está afectando, esta claro que es un mensaje que yo misma me mande.
Mi objetivo es visualizar esas señales cuando están en naranja, para contar con tiempo en la preparación… y tú..., ¿sabes cuáles son tus señales?
Autor: Azucena Encampira
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